lunes, 31 de julio de 2017

LA GUARDIANA

Meredith inspiró. El aire húmedo y salado penetró dentro de ella y relajó sus músculos. La chica de pelo rubio y brillantes ojos azules se acomodó en una roca a la vez que entonaba una canción tan antigua como la propia tierra, que había pasado de generación en generación. De pronto vislumbró algo en el horizonte y se puso de pie de un salto. Un barco pirata. Sus músculos volvieron a tensarse. Él otra vez no. Subió a la roca más alta de la isla con pasos cada vez más largos. Finalmente llegó a un saliente de piedra. Volvió a mirar al horizonte. El barco se aproximaba cada vez más y parecía más grande que la última vez. Se dirigía a la isla, al corazón del mar. 
“Allá vamos”, pensó, y después se zambulló de un salto. Notó como el agua la rodeaba y poco a poco se fundía con ella. Respirando sin problemas nadó. Nadó hasta aquel barco, cuyo capitán, una vez le quitó todo lo que tenía. Por aquel entonces ella era solo una niña, que se dejó conquistar por una blanca sonrisa y un par de cumplidos. Pero las cosas habían cambiado. Meredith se había convertido en la mujer de debía ser. Una guardiana. La protectora de su único y verdadero amor: el mar.

#UnMardeHistorias

No hay comentarios:

Publicar un comentario